lunes, julio 23, 2007

Ab imo pectore at domine



Tus ojos ya me miran y al fin veo;
luceros que reflejan mi existencia.
Y ahora que camino por mi esencia,
pues tu piel es la tierra que rastreo;

ahora que cabalgo en el deseo
mi boca saborea tu presencia.
Tu pecho es el que marca la cadencia,
tú, la galera de la que soy reo.

Encadenado a tus deseos vivo
y agua de tu vaso es la que bebo.
Sea de mi propia libertad esquivo

si pago yo los besos que te debo,
pues de tu piel, siempre seré el cautivo;
en tu cuerpo nado… que tu aroma llevo.


Rodrigo Díaz
España

4 comentarios:

  1. Bello soneto de un autor del que no había leído nada y descubro ahora en la estética de tu espacio que por vez primera visito.


    Saludos...

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  2. Extraordinario soneto, claro que sí.
    Saludos moscugaéticos.

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  3. Anónimo8:45 a. m.

    Me gusta la poesía que se entiende con una primera lectura y la tuya es así. Felicidades!

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  4. Adoro el soneto y éste es una belleza. Felicitaciones. Magda

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