Vuelo a ti en este anochecer sin gaviotas,
para anidar en el refugio de tus brazos,
mientras los elementos
mar, tierra y cielo fluyen hacia el infinito
transformándose en una única e irrepetible imagen
Inmensidad, profundidad, firmeza.
así como nuestro tardío amor,
amor de adultos, amor de madurez,
amor rescatado en el tiempo,
para disfrutarlo en la plenitud de nuestras vidas,
para beberlo como renovador néctar,
que transforma nuestras células,
renueva nuestra sangre,
inyectándonos un hálito de vida joven y eterna.
Como este cielo.
Como esta tierra.
Como este mar,
que embrujándonos los ojos y el alma
en este instante único, intenso y majestuoso
nos abraza, nos acaricia y nos integra
a la inmensidad, a la profundidad y a la firmeza
de este amor de plenitud, de madurez
transformados en cielo, mar y tierra.
María Magdalena Gabetta
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