Desde Barcelona, la colaboración de un futuro maese, Alan Escolà.
Elegía a un poeta suicida.
Conozco un camposanto sin sepulcros,
caminos no hay que lleven a sus puertas.
Y allí, forjando versos en su túmulo,
mora el poeta.
Yo sé de un cementerio entre altos picos,
Cipreses no hay que guarden sus fronteras.
Y allí, entre eternas nieves, redivivo,
duerme el poeta.
Un parpadeo son aquí los meses,
eones transcurridos en centésimas,
y otra vez y otra más y otras mil veces......
Muere el poeta.
Tú habías comprendido los secretos,
pintaste para mí la carta esférica;
Nadie te culpará. Ve, compañero......
!Vete, poeta!
Y ahora que suelta amarras tu navío
fijo el rumbo en la más lejana estrella,
que en la tumba no escriban "fallecido"...
Solo "poeta".
Bellísimo! una delicia de poesía tiene ritmo y es cálida es sus versos. Un abrazo. Magda
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