
Tango volátil.
Volver a mí, traerme, saber alejarme y abandonar el instante distraído; autoprocurarme un giro, ponerme en el centro de este baile, mientras bailo conmigo y practico un par de ganchos. “Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento...” Se acaba la canción y el espejo se desvanece, pero me sigo viendo, me arranqué de mi piel y superé el primer ardor.
©2007, Cristian Piazza
Foto: ©Adriana Groisman
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