La sangre me lleva sin manos la juventud perdida.
La muerta atraviesa en lenguajes a la que fui,
Ya no le alcanzan sus manos para suicidarme esta noche.
Yo hablo con palabras que conocen la muerte.
Yo hablo de mí y de la muerte llevándome en un carro de oro.

Maria Victoria Dentice, Argentina, Los años Vendados, Ediciones Baobab 2006.
Bitácora de la autora: Desierto onírico
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