Un nuevo antariano se suma a la causa y nos regala esta pequeña joya en forma de poema. Nuestro amigo Modes Amestoy nos brinda con sus palabras un pequeño canto a ese bien común que mengua en proporción al interés partidario por el ladrillo. Os dejo con él:
Albores de luz del día
animan nuestros colores
abrimos lentas las hojas
de nuestras ramas, y las flores
se desperezan ante la luz
emanan tibios olores
embellecen el paisaje
cierran el cuadro al trasluz
tejido por nuestros brazos
en abrazo entrelazados.
Hombres y mujeres
árboles en torno al claro
donde se asienta el saber,
metáfora y ritmo sutil,
absorben con sus raíces,
sus ramas y sus hojas
el agua del conocimiento.
Sienten entre sus troncos
emocionados temblores
y comparten desde sus ojos
sonrisas tibias que entienden,
cálidos abrazos que saben,
ramas y brazos que sienten.
2 comentarios:
Excelente. Se va engrosando la lista de minúsculas perlas en este rincón.
Joan.
Hola Modes, bienvenido a Antaria.
Precioso poema.
Los árboles nos hacen recordar quienes somos; porque, mientras de los cielos nos llueven los sueños a la sombra de ellos los recreamos en miniatura.
Los árboles son la imagen de nuestro descanso.
Gracias.
Un abrazo, del ciprés de la Enterprise.
Publicar un comentario