Hay días de domingo, de lluvia o qué sé yo
que parecen gozar en revolver mi vida,
y encuentran, a pesar de mi desorden,
tal vez en un cajón o en el bolsillo
de alguna prenda vieja,
unos recuerdos fuera de contexto,
cierto dolor sin lógica,
tan sólo algunos nombres pero un largo
etcétera de ausencias.
Hay días, lo repito, que insisten en leerme
las líneas de la mano,
y sale mi pasado a relucir,
así, tan fácilmente,
como entender mi letra en un diario.
Y sin embargo existe,
escrito en una parte de mí que no conozco,
un trozo de papel indescifrable.
Yo no sé lo que arrastro, es la tristeza
de aquel patio a las seis,
campanas a lo lejos, el olor
de la tierra mojada,
una tarde de fiebre sin colegio
y un confuso amasijo de voces que me llevan
allí hasta donde puede dar de sí la memoria.
Pero también las dudas y los miedos,
una extraña ansiedad, el nerviosismo
de mitad de septiembre
y esa especie de vértigo cuando miro hacia atrás
y esa niebla del tiempo que lo humedece todo.
Y es que apenas me sirve el cumplir años,
tener más experiencia, creerme que ya sé
cómo quedar a salvo de los escalofríos,
si luego llega un día y me demuestra
que aquí estoy yo, el de siempre, todavía,
que jamás cambiaré, que llevo dentro
un sabor a imposible,
un puñado de sombras, unos sueños a medias
y estos tristes recuerdos que seguirán conmigo
cuando ya no me quede de la vida otra cosa.
JUAN CARLOS DE LARA
oooOooo
Siempre es reconfortante y estimulante recibir la espontánea colaboración de poetas que ya tienen un camino andado. Otro generoso poeta espanol nos ha regalado con uno de sus poemas, esta vez con el aliciente de ser inédito. Agradezco a Juan Carlos su invaluable gesto.
que parecen gozar en revolver mi vida,
y encuentran, a pesar de mi desorden,
tal vez en un cajón o en el bolsillo
de alguna prenda vieja,
unos recuerdos fuera de contexto,
cierto dolor sin lógica,
tan sólo algunos nombres pero un largo
etcétera de ausencias.
Hay días, lo repito, que insisten en leerme
las líneas de la mano,
y sale mi pasado a relucir,
así, tan fácilmente,
como entender mi letra en un diario.
Y sin embargo existe,
escrito en una parte de mí que no conozco,
un trozo de papel indescifrable.
Yo no sé lo que arrastro, es la tristeza
de aquel patio a las seis,
campanas a lo lejos, el olor
de la tierra mojada,
una tarde de fiebre sin colegio
y un confuso amasijo de voces que me llevan
allí hasta donde puede dar de sí la memoria.
Pero también las dudas y los miedos,
una extraña ansiedad, el nerviosismo
de mitad de septiembre
y esa especie de vértigo cuando miro hacia atrás
y esa niebla del tiempo que lo humedece todo.
Y es que apenas me sirve el cumplir años,
tener más experiencia, creerme que ya sé
cómo quedar a salvo de los escalofríos,
si luego llega un día y me demuestra
que aquí estoy yo, el de siempre, todavía,
que jamás cambiaré, que llevo dentro
un sabor a imposible,
un puñado de sombras, unos sueños a medias
y estos tristes recuerdos que seguirán conmigo
cuando ya no me quede de la vida otra cosa.
JUAN CARLOS DE LARA
oooOooo
Siempre es reconfortante y estimulante recibir la espontánea colaboración de poetas que ya tienen un camino andado. Otro generoso poeta espanol nos ha regalado con uno de sus poemas, esta vez con el aliciente de ser inédito. Agradezco a Juan Carlos su invaluable gesto.
JUAN CARLOS DE LARA
Nació en Huelva el 28 de noviembre de 1965.
En 1985 publicó Caminero del aire y, en 1987, Elegía del amor y de la sombra (Poemas de soledad). Exceptuando el cuaderno Aquí y ahora (1992), el pliego Cuatro poemas (1998) y la obra aparecida en antologías y revistas literarias españolas, no ha vuelto a publicar hasta el año 2000, con Antes que el tiempo muera. Permanece inédito Paseo del chocolate y Almacén de objetos perdidos.
Ha hecho incursión en el relato breve, la crítica y el ensayo literario, género en el que ha publicado Algo sobre poesía, El joven Juan Ramón Jiménez y el Instituto de Huelva, El frío que mató a Bécquer y La huella de Julia y Josefina Espín en la biografía sentimental de Bécquer: las revelaciones de El gnomo.
Desde 1993 a 1996 dirigió la revista de poesía Hojas Nuevas. Perteneció al equipo de redactores de Literatura infantil y juvenil, de Barcelona.
Viene recogido en la obra de Ramón Reig Panorama poético andaluz (1991). El cantautor José Luis Pons ha musicado sus poemas y los ha publicado en los discos Mar de Leva (1995) y Canción del poeta del sur (2000).
Ha obtenido, entre otros, los premios Juan Figuereo (Huelva, 1982), Villa de Bujalance (Córdoba, 1992), Ciudad de Ayamonte (Huelva, 1996), Daya Nueva (Alicante, 1998), Ciudad de Niebla (Huelva, 1999) y Juan Cervera (Sevilla, 2005).
2 comentarios:
Mi más sincera enhorabuena al autor pues en sus letras transmite justo lo que está contando y a pesar de que el poema es sumamente triste lo plasma de una forma brillante y no puedo más que aplaudir y releerlo.
Un excelente poema, de ésos que agrada leer aunque venga impegnado de melancolía. Mis felicitaciones al Poeta. Magda
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