De mil sueños fabricadas
con anclajes de cristal,
dos al mohadas...estiradas en mi cama,
esperándome, escuchándome.
El caballito blanco,
la muñeca rubia...,la bicicleta nueva y el plumier,
escuchándome.
Sombras que se transforman, en la pared,
mano fría por debajo, asustándome,
serpiente merodeando, entre mis pies,
al salto, que no me coges, a la altura de
mi torre , ya no me ves...,
escuchándome.
Boca surtiendo saliva
sobre algodón encendido,
que es mi cuerpo estremecido,
sexo, vivo...¡yo qué sé!
escuchándome.
Tus ojos en mi mirada de bailarín...
haciendo el pino sonríes, sólo por mí,
eres Angel me seduces
escuchándome.
EL agua de la tristeza
ya no danza para mí,
no aprendí a contar sus pasos,
y... se fue.
Esperádome, esperándome,
esperándome...
3 comentarios:
Me encanto tu poema
esta bellisimo, como todos los q he leido, me sorprende la manera de ver a tanta gente poeta, pense q era un clavo sulto en el agua cuando suelo escribir mis versos, me encanto esa imagen que dice "Boca surtiendo saliva
sobre algodón encendido"
saludos
Gracias Lichis, me gusta tu comentario, entre todos hemos hecho un buen trabajo y eso se traduce en compañía sobre todo.
Un abrazo.
Es un hermosísimo poema. Estoy leyendo con muchísimo agrado a cada uno. Un beso. Magda
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