NARRATIVA

Exito editorial.

Humphry Bogart apretó aún más el cinto de su impermeable, el metro de Santiago no le parecía el lugar más propicio para vender las últimas copias de Casablanca. El hambre le apretaba el estómago más que el cinturón mismo, manía la de pasar el día solamente con pitadas de puro haitiano y café del Havanna.

Ahí venía ella, colorina esta vez, con visos dorados resaltando en sus ojos, quiso girar su rostro, sabía que apenas lo viera le vendría con esos storyboards de sueños de publicaciones exitosas de poemarios. No pudo volverse invisible, esa era una cualidad exclusiva de ella.

- Hola, babe.
- Lo tengo, I get it... en un mes más aparece el último trabajo del poeta que ayer se suicidó en la estación Los Héroes...
- Siempre aposté a tus sueños, querida, has conseguido tu primer éxito editorial…
- Fue fácil, estaba Román en uno de esos días, le di a beber un pisco souer, le supliqué que me acompañara a buscar un libro al Café Literario, ya en la estación, lo acerqué a la línea sin que se diera cuenta, y casi no tuve necesidad de empujarlo.
- Vaya, babe, espero que no me arrojes ahora a mi bajo las ruedas del carro.
- Ah, no, Bogart, aún nos queda París y tú, encanto, no escribes poemas.

Suspiró Humphry, el sonido de aviso de la estación Salvador lo hizo sonreír, llevó los dedos a la visera de su gorra y con sus ojos en blanco y negro se despidió de la agente literaria.

Afuera Santiago hervía a 33 grados, la colorina se perdía en el túnel subterráneo mientras llamaba a España y decía: Juan, lo tengo, puedo conseguirte una publicación, te espero en el metro de Madrid, estación Atocha, el 4 de febrero a la una de la tarde.

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Gaete, del libro Cuentos para pasar el rato.